6 de septiembre de 2009

La niña de la ventana de las lagartijas

Estaba paseando en Zeem All see (Austria), al borde de un lago imposible de imaginar en los mejores sueños… de aguas tan cristalinas que las algas arremolinaban el verde azulado de sus tallos entre los dedos abiertos de la mañana y amainados, en el vaivén apenas perceptible de las ondas dibujadas, nerviosos pececillos cabalgan las colinas con sus damas. Al fondo, entre el bosque prieto, amanece una casa de balcones rebañados en geranios arcoíris y salpicados de un color que me recuerda al sabor amargo de la esperanza.

Me llama la atención que, asomada a una diminuta ventana absorta de lagartijas al sol, sombrea una niña asustada. Una niña de ojos indescifrables, grandes como ese espacio oscuro y ajeno del alba. Ojos redondos y amplios de muñeca cansada, resplandecientes en su esencia de luz casi callada… y tristes… inmensamente tristes… tristes y sin lágrimas, con esa pena agarrada que aún no debería conocer en su mirada… tristeza repentina y un dolor tan insondable que parte el alma…
La niña lleva en sus labios una máscara blanca y de su casa de cuentos, a hombros, sale su madre... que ya no habla…

FREEDOM FOR BAD GIRLS
Carolina Higueras